Conferencia pronunciada en el Curso de Verano de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, El Escorial (Madrid), 30 de junio de 2016.
«Lo primero que quiero aclarar es por qué estoy yo aquí. Pues bien, yo estoy aquí como católico preocupado porque la autoridad moral de la Iglesia, testigo de la verdad que busca liberar al hombre dirigiéndole hacia el bien, pueda estar siendo utilizada por una peligrosa ideología para lograr sus siniestros fines. Nada tengo que ganar, personalmente, salvo la conciencia tranquila de aportar humildemente mi granito de arena como un miembro más de la Iglesia. Acudo en respuesta a la llamada de san Juan Pablo II en su exhortación apostólica Christifideles Laici: “Nuevas situaciones, tanto eclesiales como sociales, económicas, políticas y culturales, reclaman hoy, con fuerza muy particular, la acción de los fieles laicos. Si el no comprometerse ha sido siempre algo inaceptable, el tiempo presente lo hace aún más culpable. A nadie le es lícito permanecer ocioso.” Por eso estoy hoy aquí…»
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