Nos ha tocado vivir tiempos complicados, llenos de confusión y de ambigüedad, tiempos en los que los poderes del mundo están lanzando una ofensiva para borrar las líneas que distinguen el bien del mal haciendo así ilegible el mapa que nos indica el camino para no perdernos. Tiempos de relativismo, en que el mundo nos niega que exista una verdad absoluta cuando ésta habla de Dios o del bien mientras nos impone tiránicamente como verdades indiscutibles, como falsos dogmas, una sarta de mentiras. En estos tiempos hace falta, como recientemente decía el Cardenal Sarah, “trabajar contra corriente”, vivir contra corriente, amar la verdad, luchar por ella, defenderla contra quienes la atacan ¡y no perder jamás la esperanza! Es un combate duro, pero un buen combate…..